A mis dieciocho años debí cumplir con dicha actividad, por cuestiones que incluso me cuesta recordar no fue así, Ahora a mis treinta años me vi obligado a realizarlo, al inicio me costó mucho trabajo (mental y físico) ya que hacer actividades planeadas para post-pubertos, fue un reto, ahora estoy a tres sesiones de finalizarlo y puedo decir que fue una experiencia muy difícil de definir, pero que definitivamente tenía que vivir.